Este proceso tiene lugar a lo largo de un período de tiempo, que por lo general es de larga duración. Autores como Druck proponen cuatro etapas de rompimiento de relaciones románticas:
La primer etapa es la Fase Intrapsíquica.
En la cual se dan los lamentos y las quejas, sin exponerlas hacia el exterior. Las quejas se siguen acumulando, hasta llegar a un punto que se produce una comunicación indirecta o el estilo de comunicación de «hablarle a la pared» (como sí le hablara a un tercero). Es en este momento cuando la persona busca en realidad alguna justificación para sí mismo, más que para cualquier acción real. Generalmente se empiezan a evaluar aspectos negativos de la relación, considerar los costos de retraerse, y a evaluar los aspectos positivos de las relaciones alternativas.
La Fase Diádica.
Es la segunda y durante esta fase los resentimientos son más evidentes al exterior.
Es probable que la pareja esté en desacuerdo acerca de la atribución de responsabilidades en cuanto a los problemas; también es probable que lo que se meditó en la otra fase provoque en el otro compañero dolor y tristeza. Ambos experimentarán dolor y angustiaen esta fase, lo que explicará la renuencia, confusión, fluctuación y falta de propósitos dentro de esta fase.
La Fase Social.
Implica reunir el apoyo de familiares y amigos, como una manera de justificar el abandono de la relación .
Sucede que la presencia de los otros ayuda a confirmar el rompimiento. Cada sujeto crea historias e informes públicamente negociable para salvar su imagen y depositar en el otro la culpa. Las redes sociales de apoyo cumplen un papel importante en la convalecencia después del rompimiento ya que proporcionan apoyo emocional.
La última es la Fase de Arreglo de la Tumba.
Una parte necesaria al abandonar una relación consiste en que cada persona surja con una reputación intacta en cuanto a la confiabilidad para relaciones. «Arreglar la tumba» implica «erigir una lápida» que proporciona un informe verosímil, socialmente aceptable, de la vida y de la muerte de la relación. En esta etapa se crea una versión propia de la historia del rompimiento y se la distribuye públicamente. Esto ayuda a proteger la propia imagen pero también sirve para mantener vivos ciertos recuerdos y para «justificar» el compromiso original hacia la ex pareja.